EL ORGULLO
Una pariente cercana, me contaba que cuando era pequeña y se reunía con la familia, uno de los temas de conversación era cuan orgullosos estaban de ser parientes de los Condes Croker y de cómo no se podían rebajar a emparentar con otra clase de personas, hubieron unos que hasta se quitaron el apellido para ponerse ese, porque les parecía de mas alcurnia; años más tarde esa misma persona me comentaba que nunca legó a entender cual era la jactancia, pues con o sin apellido, todos crecieron iguales, con alzas y bajas financieras y por último el famoso título en ningún momento les sirvió.
El orgullo es un deseo y pretensión de superioridad sobre los demás junto con un rechazo de sometimiento a Dios, pretendiendo ser autosuficiente, no reconoce su dependencia como criatura de Dios, ni la mutua dependencia con sus semejantes.
Si vemos en la Biblia, el primer pecado fue de orgullo y lo dice el libro de Isaías 14:11-20 ( me gustaría que leyera detenidamente todo el capítulo 14 para tener una mejor visión de lo que pasa en ese momento).
En estos versículos vemos que el ángel Luzbel se llena de orgullo y piensa que es tan importante que puede ser igual a Dios, allí se menciona algunas de las tareas que tenía a su cargo, pero se nota el rechazo al sometimiento a Dios, sin embargo pretende llegar a ser igual que su creador o quizá más.
Muchas veces también nosotros estamos muy orgullosos de nuestro trabajo, del liderazgo en la Iglesia, en la comunidad en el gobierno, de nuestras riquezas, de nuestros títulos, de nuestra familia o de cosas materiales como casas, carros, joyas etc. que nos lleva a sentirnos superiores a las demás personas y nos olvidamos que fuimos creados por un mismo Dios.
EL ORGULLO TIENE MUCHAS CARAS
a) Hay veces que toma forma de pensamientos y sentimos que nuestras opiniones son las únicas ciertas y valederas y creemos con orgullo que los demás son menos que uno.
b) Otras veces nos negamos a admitir que cometimos errores y nos negamos a recibir la ayuda que nos ofrecen simplemente por orgullo.
c) También se puede ver la altivez o sea creerse más que los demás, por ejemplo: los nazis creían que eran una raza privilegiada, mucho mejor, mas inteligente, y físicamente más bonita en comparación a otras razas.
EL CRISTIANO NO DEJA DE SER SUSCEPTIBLE A ESTE PECADO I de Timoteo 3:6 nos dice que para ser Ministro de la Iglesia , uno de los requisitos es que no sea un recién convertido pues “ no sea que ENVANECIENDOSE caiga en la condenación del diablo”.
Claramente podemos observar que un Cristiano recién convertido, bien puede incurrir en este pecado.
Muchas veces pensamos que solo matar, robar, adulterar etc. son pecados, pero el orgullo es un pecado igual que todos y tiene condenación.
EL ORGULLO ES UN PECADO ABORRECIDO POR DIOS Levítico 26:19 “ y quebrantaré su orgullo y terquedad, endureceré el cielo como el hierro y la tierra como bronce Ver. 20 por lo que en vano se agotarán sus fuerzas y ni el cielo ni los árboles del campo les darán su fruto”.
Si nos damos cuenta este pecado tiene una maldición y es que nada prosperará en nuestras manos si tenemos orgullo, la mayoría de personas que han prosperado en grandes empresas han sido personas humildes, accesibles que no se han envanecido por lo que tienen.
TODOS SOMOS IGUALES Romanos 12:3 “…a cada cual que esta entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura…” Dios no compara una persona con otra, a todos nos ve por igual y a todos nos da las mismas oportunidades. Si Dios no lo hace porqué nosotros deberíamos de hacerlo?
Recordemos que Dios nos da talentos porque quiere que los usemos para servirle, no para nuestra propia satisfacción ni para enorgullecernos.
COMO SUPERAR EL ORGULLO
Para superar el orgullo, primeramente tenemos que reconocer que somos orgullosos, algunas veces necesitamos orar y pedirle al Espíritu Santo que nos muestre la raíz del problema.
Una vez que hemos reconocido que somos dependientes de Dios, empezamos a ser humildes, pues es la humildad lo contrario del orgullo.
Mateo 11:29 dice “llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mi que soy manso y humilde de corazón y hallareis descanso para vuestras almas” . En otras palabras para llevar una vida plena, llena de gozo, disfrutando de las bendiciones de Dios, tenemos que quitarnos el pecado de orgullo y mostrarnos humildes como Jesús lo fue y lo demostró.
Salmo 10:17 “El deseo de los humildes oíste, Jehová tú los animas y les prestas atención”.
Amados, quitémonos el pecado de orgullo que nos lleva a la destrucción y muerte, y en su lugar gocemos nuestra vida terrenal sin estorbos, pues hay muchas bendiciones para los humildes, si tenemos dudas, hagámonos un examen de conciencia y veamos si estamos incurriendo en pecado de orgullo, confesémoslo a Jesús que el es fiel y justo para perdonarnos y propongámonos a ser humildes con Dios y con nuestros semejantes.
Mary de De León
No hay comentarios:
Publicar un comentario