EL OLVIDO
Queriendo
informarme más sobre
la palabra “olvido”,
acudí al diccionario y
entre varios conceptos
encontré uno que
me llamó la
atención y dice: “descuido de
algo que se
tenía que tener
presente”.
Y es que
para hablar de “olvido” hay mucho
que decir: Creo que
en primer lugar
tenemos que recordar
cómo éramos nosotros,
pues se nos
olvida que fuimos
niños, y que
todos pasamos por
etapas en las
que nos felicitaban
o nos corregían,
pero hoy queremos
que nuestros hijos
ya hayan aprendido
lo que a nosotros
nos costó años,
y nos desesperamos
al ver que no
hacen
o dicen las
cosas como nosotros
queremos.
También se nos
olvida que un
día fuimos adolescentes
y que también
tuvimos etapas en que ni
nosotros mismos nos
comprendíamos, no sabíamos
que era lo
que realmente queríamos,
y muchas veces
nos encerrábamos en
los cuartos porque
simplemente queríamos estar
solos o nos enamorábamos
platónicamente de
alguna jovencita o
jovencito, prácticamente vivíamos una
fantasía, pero hoy
no queremos que
ellos se enamoren,
que tengan sus
berrinches o que
simplemente quieran estar
solos, y muchas
veces los obligamos
a hacer cosas
que ellos no
quieren, por lo
que contribuimos a
que se alejen
más y más
de nosotros.
También se nos olvida como
empezamos en nuestro
matrimonio, algunos muy
pobremente, no teníamos
casa, fuimos a
alquilar, nos costó
hacer los muebles,
y posiblemente tuvimos que
trabajar duro para
hacer los bienes
que hoy tenemos,
pero si nuestra
hija quiere casarse,
queremos que nos
presenten la casa
donde va a
vivir , y totalmente equipada.
Creo que ante
esta demanda muchas
hijas optan por
salir de la casa
sin casarse.
Y ustedes me
dirán Ha… es
que yo quiero
lo mejor para
mis hijos”, y
no lo dudo,
pero ya se
nos olvidó como
empezamos?, ya se
nos olvidaron los
consejos del abuelo,
de la abuela,
de aquel maestro,
de nuestros padres,
lo que nos
aconseja nuestro Señor
en su Palabra?
Es por eso
que el diccionario
dice que es “descuido de
algo que se
tenía que tener
presente”.
Si tuviéramos presente
muchas cosas que
hemos olvidado, tal ves
seríamos más comprensivos,
más amorosos, más
perdonadores, y más
felices.
Pero hay algo
que siempre se
nos olvida y
es de dónde
nos sacó Dios,
se nos olvida
que estábamos muertos
en pecado, se
nos olvida que por
amor y misericordia
Jesús murió por
nosotros, cargando toda
la culpa y
todo el castigo
para que nosotros
tuviéramos acceso a
estar ante el
Padre puros y
sin mancha para
platicar, para alabar,
para pedir, y
para poder pasar
ante su presencia
en la otra
vida y alcanzar la
vida eterna. Miqueas 7:18
dice con toda
claridad “Que Dios como
tú, que perdona
la maldad, y
olvida el pecado
del remanente de
su heredad?...”
Muchas veces ya
no queremos trabajar
en la obra
del Señor porque
creemos que no
sirve para nada,
algunas veces estamos
tan fastidiados con
problemas en la
Iglesia, en el Ministerio
que nos retiramos
y
todo lo que
queremos es olvidarnos
de todos y
de todo. Hace
muchos años yo
estuve en un
grupo de Lideres
que yo consideraba
mis amigas, y
pasamos años, aprendiendo
y ministrándonos las
unas a las otras, nuestros
Ministerios crecían y
todo iba muy bien, pero
un día mi
esposo dispuso bautizarse en
una Iglesia pequeñita
y yo pues tuve
que aceptar su decisión,
así que renuncié
a mis Ministerios
y lo seguí,
yo pensaba que
todo lo que
había pasado con
ellas me aseguraba
una amistad genuina,
pero para mi
sorpresa nunca más
me volvieron a
hablar ni a
llamarme, me sentí
tan frustrada, tan
dolida que todo lo
que quería era
olvidar que un
día trabajé con
ellas.
Después de unos
años escuché una predicación
que
me impactó y
decía el Pastor
que muchas
veces trabajábamos en
las iglesias pero
que se nos olvidaba
que al que
teníamos que agradar
era a Dios,
que lo demás
no importaba, fue cuando
me di cuenta
que lo único
que me debía
de importar era
si agradaba a
Dios o no,
en Hebreos 6:10
dice “Porque Dios
no es injusto para
olvidar vuestras obras
y el trabajo
de amor que
habéis mostrado hacia
su nombre, habiendo servido
a los santos
y sirviéndoles aún”.
Y es que
aquí el Señor
me habló y
si ven hay
una orden “y sirviéndoles
aún”
o sea que no
debemos parar de
servir, no importa
la forma en
que usted sirva,
lo importante es
que sea para
agradar a Dios
no a los
hombres.
Que estamos olvidando?,
Que estamos descuidando
y ya no lo
tenemos presente?
Recordemos que olvidar
es:” dejar de
tener en la memoria
lo que tenemos
que tener”, que
no se nos
olvide que la
Biblia es un
libro en el
cual el Señor
mismo inspiró a
sus diferentes escritores
para que nos
hicieran llegar todos
los mandatos que
el Señor tiene
para con nosotros
con el fin
de que nuestra
estancia en la
tierra sea agradable,
te vaya bien, entres
a la tierra
prometida que te
prometió y arroje
a tus enemigos
, quienes son
tus enemigos?, pobreza, falta de
salud, problemas con
el carácter, con la
familia con amigos,
trabajo?, muchas veces
el principal enemigo
somos nosotros mismos
con nuestra naturaleza
pecaminosa, pidamos a
nuestro Señor que
nos ayude a
no olvidar .
Mary de De
León