HERIDOS Y SANADOS
Hoy En día, hombres y mujeres tratamos de vernos bellos, unos nos ponemos cremitas, o tomamos vitaminas especiales, otros pues se ponen inyecciones para rellenar esas arruguitas y los más pudientes pues recurren a la cirugía, pero de uno o de otro modo , todos por igual queremos vernos bien, yo recuerdo a mi madre que como no tenía para las famosas cremas, se ponía un emplasto de aguacate o de pepino en la cara (y miren que bien le quedaba).
Dios que es el dueño de la ciencia, ha permitido tanto adelanto para que lo utilicemos si éste fuera nuestro deseo, el usarlo no es pecado.
Se recuerdan ustedes cuando nos íbamos a casar, las mujeres tratábamos por todos los medios de quitarnos ciertas imperfecciones, y nos hacíamos el manicure, los pies, nos hacíamos de todo en el pelo para que quedara lo más lindo, ya fuera colocho, liso, o de otro color, ensayamos tantos maquillajes, y no se diga el vestido, tenía que estar impecable sin ninguna arruga o mancha, y también los varones, pues yo recuerdo las bodas de mis tres hijos, y mandaron a hacer unos trajes preciosos, con unas camisas llenas de vuelos y corbatines, no digamos los zapatos religiosamente tenían que ser nuevos, juntamente con la ropa que llevaran no sin antes pasar con el peluquero y hacerse el corte que más les favorecía con rasurada y todo.
Y es que ese día es muy especial para todos pues queremos estar bellos y sin manchas ni arrugas, para que? Para agradar a la futura esposa o esposo.
Hoy en día, tenemos en preparación una segunda boda, si no importa que usted esté casado con una persona terrenal, es que usted está destinado como parte de la Iglesia, a tener una segunda boda, y hay una persona que se está encargando de quitar toda mancha y arruga que tenga nuestro vestido, y esta persona es El Espíritu Santo.
La esposa somos nosotros (hombres y mujeres) su Iglesia; y el esposo es Cristo.
El trabajo del Espíritu Santo es hacer que cada uno tenga su sanidad interior, pues esto va a embellecer a la esposa,( Iglesia) el Espíritu Santo está deseoso de quitar toda mancha y arruga que usted y yo tengamos o hayamos acumulado a lo largo de nuestra vida, pues al llegar a la boda estaremos sanos , libre y en victoria para gozar de las bodas.
Pero para esto tenemos primero que sacar de lo más escondido de nuestro corazón ( nuestro más íntimo secreto) del porqué estamos lastimados o heridos.
Quienes nos hirieron? Nuestros Padres, nuestros hermanos, nuestros amigos del colegio, en el trabajo, nuestros esposos , nuestros mismos hijos, o parientes u otros.
Como fuimos lastimados o heridos? Hubo rechazo, abuso emocional, verbal, físico, sexual, falta de amor?
Las heridas de esta índole nos alejan de Dios, pues por lo general culpamos a Dios de las cosas que nos han sucedido, pensamos “dónde estaba Dios cuando pasé por esto, oré y no recibí respuesta, será que Dios no me ama, o soy tan culpable que no me puede perdonar.
Y así empezamos a endurecer nuestro corazón y nos sentimos indignos y sucios y con manchas y llegamos creer firmente que no, valemos nada.
CUAL ES EL PROPOSITO DE LA SANIDAD INTERIOR:
A) Preparar una esposa bella, santa y radiante En Efesios 5:26-27 habla Cristo de como amó a su Iglesia y de como se entregó a si mismo por ella y nos dice “para santificarla , habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela así mismo una iglesia gloriosa que no tuviese mancha ni arrugas, ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha”.
Las manchas son algo sucio, o sea el pecado y las arrugas se forman con la edad o sea que si tenemos algo sucio con el tiempo tenemos una gran arruga. Ejemplo:
Me hirieron manchas tiempo arrugas
Me rechazaron de Me volví grosera me convertí en persona
Pequeña. Abusiva, malcriada amargada, temerosa
Celosa, envidiosa. Orgullosa, triste.
Todo esto es lo que el Espíritu Santo quiere quitarnos antes de la boda, pero la clave es EL PERDON, tenemos que perdonar a las personas que nos han causado daño, porque estamos condenadas a esa persona con sentimientos de ira, cólera , deseos de venganza, y esos sentimientos nos manchan nuestras vestidura espiritual y hasta llegamos a ponerles grandes arrugas con el tiempo.
Perdonar no es fácil: Es algo muy conflictivo y difícil de hacer, tenemos muchos sentimientos encontrados, por un lado pensamos que no se lo merecen, que lo que nos hicieron no tiene perdón, pero yo les puedo decir con toda solvencia que si se puede, si usted por sus propias fuerzas no puede, visualice a nuestro Señor Jesucristo y póngalo adelante de la persona que lo hirió (aun que ésta este ya muerta) y diga: por mis propias fuerzas no puedo perdonarte, pero por medio de nuestro Señor Jesucristo te perdono y me libero de ti, y verá cuanta paz habrá en su corazón y su vestidura espiritual será limpiada inmediatamente.
Yo he entendido que esta vestidura tenemos que limpiarla diariamente, porque saben Satanás está siempre trayéndonos recuerdos y con ellos raíces de amargura, las cuales debemos arrancarlas inmediatamente que pasan por nuestra mente, a fin de no tener manchas que nos afeen nuestro vestido de novia.
La sanidad interior no borra la memoria, o se a no da amnesia, pero si quita el dolor, y cuando pensamos en alguna ocasión ya no nos va doler.
COMO SOLTAR EL PASADO
A) Persone o pida perdón
B) Permitamos que Jesús entre en nuestro corazón como nuestro Señor y nos ayude a limpiar ese pasado solicitando y aceptando su perdón.
C) Hágase como un niño en Matero 18:3 dice “que si no nos hacemos como un niño no entraremos al reino de los cielos.
D) Pida que oren por usted Mateo 18:19 Dios responde
E) Recuerde que Jesús pagó por sus pecados y por sus llagas somos sanadas ( I Pe.2:24).
La sanidad interior consiste en tirar a la basura todo nuestro pasado que nos molesta, dejando que el Espíritu Santo trabaje como el lo sabe hacer. Esta Sanidad es de Dios, debemos ser sensibles a su obra, deje que su fe se desarrolle fuertemente para hacer una realidad la libertad y su sanidad interior, porque de esto depende su sanidad física.
Y CUANDO EL SEÑOR NOS LLAME A LA BODA, IREMOS LIMPIOS, SIN MANCHA Y SIN ARRUGAS, LIBRES DE ATADURAS Y EN VICTORIA.
Mary de De León
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