DIOS NO TE HA OLVIDADO
En la mañana al despertar nos damos cuenta que es lunes, empieza una nueva semana, nos paramos y nos vestimos, intentamos desayunar pero ya es tarde así que lo dejamos para más tarde (en un tiempito que tengamos) y tomamos el bus o el carro, estando en carretera nos damos cuenta que hay mucho tráfico y la ansiedad empieza a aumentar, al fin llegamos al trabajo un poco atrasados por el tráfico pero lo que habíamos dejado desde el viernes más lo de este día se nos hizo casi imposible salir a almorzar, así que pedimos algo de comida rápida, estamos tan ocupados que llegó la tarde y queremos que el regreso sea más rápido que la llegada para poder estar en casa, pero al llegar hay visitas y nos damos cuenta que el martes teníamos exámenes en algún curso o carrera que estemos llevando así que le damos una leída rápida a nuestros cuadernos y cuando sentimos ya es noche, nos bañamos rápidamente para poder dormir, así es como llegamos a viernes y el fin de semana es mucho más pesado.
No sé si a usted la ha pasado, pero por andar haciendo todo rápido me acostumbré a comer en cinco minutos, me decía mi mamá que no comía solo tragaba y era verdad, pero al final de mi vida vi lo mal que hice pues descontrolé todo mi aparato digestivo.
Nos hemos acostumbrado que todo es rápido y en esta era el que no se apura se queda, pero que es lo que pasa? Que cuando no logramos nuestros objetivos , o no llegamos a nuestras metas nos frustramos.
Muchas veces hemos orado y pedido a nuestro Señor algunas cosas que él como Padre amoroso nos dice que sí las va a dar, pero como vivimos en un tiempo en que todo tiene que ser rápido, sentimos que Dios no nos escucha y no nos responde, cuando no las vemos realizadas en el tiempo que lo queríamos..
Pero Dios si escucha y si responde, pero en su tiempo no en el nuestro, si leemos la Biblia, podemos ver el ejemplo de Abraham (Génesis capítulos 12-21) Dios le prometió descendencia cuando tenía 75 años, era una promesa de Dios y por lo tanto se tenía que cumplir, pero pasaron los años y no se veía nada, cuando Abraham tenía 85 Sara su mujer dispuso ayudar a Dios y le dio a su sierva para que le diera un hijo, pero esto no era la promesa de Dios, y al poco tiempo, ella misma empezó a sentir sus consecuencias, fue después de 25 años que Sara quedó embarazada y dio un hijo llamado Isaac, la verdadera promesa de Dios.
Fueron largos 25 años, y es que cuando Dios nos promete algo El siempre lo cumple pero a su tiempo, no al nuestro y muchas veces cuando vemos que pasa el tiempo y no vemos el cumplimiento de algo pensamos que Dios no escuchó o que no nos habló
Pero existe un propósito en lo que Dios hace , incluyendo la tardanza de lo prometido, Dios es perfecto y sabe cuando llegar, así que, cuando tarde no olvidemos que :
a) Está puliendo nuestro carácter y nuestro caminar con El.
b) El nos ama mas que el mundo y nos conoce
c) Hay propósito en este tiempo de espera y el resultado final será GLORIOSO
Dios no nos ha olvidado y está pendiente del proceso, El no olvida lo que promete, siempre hay un “porqué” en cada inconveniencia, y tengamos por seguro que la Promesa vendrá.
Yo personalmente conozco a una madre que oró por su hijo que había caído en drogas, por largos 30 años sin descansar y cada vez que lo iba a recoger a la calle o a las cárceles u hospitales esta mujer le daba gracias a Dios y rogaba por su hijo, hasta que un día este hijo ya grande tuvo su encuentro con Cristo y se convirtió, y para la gloria y honra de Dios este hombre tan despreciado por la gente hoy es un gran evangelista, director y pastor de un centro para rehabilitación de alcohólicos y drogadictos aquí en Guatemala, recientemente platiqué con el y me decía que si no hubiera caído tan bajo, el no podría entender a esa gente que llegaba en búsqueda de ayuda, ya que el conocía como se sentían físicamente , moralmente y espiritualmente y que era muy difícil que lo pudieran engañar, así que la escuela de la vida por la que pasó sirvió finalmente para algo útil.
Esta mujer sabía que la promesa de Dios se cumpliría, cuando? No lo sabía, pero perseveró hasta que la obtuvo, hoy comenta que sigue orando dándole gracias a nuestro Señor y porque le de fuerzas a su hijo para estar donde está para que otros puedan rehabilitarse.
Mis amados y amadas, Dios no descansa ni de día ni de noche, no se olvida de sus promesas porque son SI Y AMEN solamente tenemos que tener la paciencia de esperar con FE que en su tiempo vendrán.
Que podemos hacer entonces? Pues orar sin cesar, creer con todo nuestro corazón al Dios que todo lo puede y no dudar aunque para ver nuestra petición tengan que pasar días, meses o años.
Que Dios me los bendiga
Mary de De León
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