AUNQUE EL CORONAVIRUS NOS
AMENACE
“ Como se
siente” En esta
época, esta pregunta
no se puede
responder, como se
puede sentir una
persona, encerrada ,
sin poder saludar
ni a sus
parientes más cercanos,
sin poder ir
a la tienda
de la esquina
sin estar con
el gel en
las manos y
la mascarilla, sin
poder hacer su
trabajo o las
cosas que acostumbraba
hacer, escuchando noticias
de muertes y
problemas económicos
nacionales y mundiales de
periodistas que no
tienen el conocimiento
de lo que
es la enfermedad
ni de sus
consecuencias, solo les
importa que se vea
o escuche el
noticiero, toda plática que
tenemos redunda en
la enfermedad y
su nefasta consecuencia, es un
caos, yo nací
en el año 1949 y he
pasado por un enfrentamiento armado entre
guerrilla y militares que
por 20 años hicieron
mucho daño al
pueblo, gobiernos nefastos, un terremoto en 1986 que
mató a más
de 85,000 personas (dato
que se dio
a un principio ) y vi el
desastre territorial, casas
y carreteras destruidas, miles de
muertos en las
calles más de
un millón sin
viviendas , he
pasados por varios
huracanes dos que
hicieron más desastre: el
Mitch y Stand con
este último me
tocó ir a
una jornada médica
porque un pueblo
entero se había
soterrado tras caerse
una montaña , la
explosión de un
volcán que solo
lo compararon con
Pompeya, pero nunca había pasado
por una epidemia,
y menos como
esta en la que
nadie sabe a
ciencia cierta lo
que está pasando,
lo que si se
es que
el mundo cambio,
en todas sus
formas y costumbres,
y los dos
mil años que
pasaron nunca serán
iguales, pero lo que
nunca cambiará será
el amor de
Dios, Él nos
dijo: Jer. 31:3 “CON
AMOR ETERNO TE HE AMADO”
y
yo me he
puesto a pensar
que alguien que
ama a una
persona, siempre está
con ella y
eso mismo hace Dios,
hay una promesa
en Deuteronomio
4:31 “porque Dios misericordioso es Jehová
tu Dios; no
te dejará ni
te destruirá, ni
olvidará del pacto que
les juró a
tus padres”.
Y esa
promesa la ha
cumplido, si hemos
visto las estadísticas,
muchos han sido
contagiados pero pocos
los fallecidos y
si comparamos con
los fallecidos por
otras causas, son
mucho menos, así
que la mayoría
hemos comido, hemos
dormido bajo techo , quizá
con escases, pero de
hambre no hemos
muerto, porque Dios en su
misericordia aún nos provee
ante nuestras necesidades, yo he
visto en esta
época un milagro
del tiempo de
Jesús y es
la multiplicación de
los panes, milagro que
veo día con día, no sé cómo
lo hace pero yo
tengo medida la
cantidad de comida
para mi familia,
pero si llegan
visitas la comida abunda
y hasta sobra,
y pienso, solo
Dios puede hacerlo.
Saben Hoy
lo que más
tenemos es tiempo, pues
el mundo entero
está en cuarentena,
y en algunas ocasiones
nos ponemos enojados,
tristes, desesperados, en depresión y
hasta enfermos, pero nuestro
Señor nos enseñó
que cuando nos
sintiéramos así oráramos,
sí orar como
lo hizo su
hijo cuando lo
iban a apresar, El
en lugar de
gritar su desesperación
se retiró a orar y
es más les
pidió a sus Apóstoles que
lo ayudaran a orar
(Lucas 22:39-45) , Yo
también me he
sentido así, y
me he puesto
a orar o sea
platicar con mi
Padre celestial y le
he agradecido porque
mi familia está
bien , he pedido
por la familia, amigos y por
toda la humanidad y
por muchas cosas
que Él sabe
que necesito, ustedes
pueden hacerlo en
igual forma, en I
de Pedro 5:7 nos
dice “echando toda vuestra ansiedad sobre él porque
él tiene cuidado de vosotros”.
Dios siempre está atento a las peticiones de nuestro
corazón (sal. 37:4).
Yo he suplicado especialmente que me aumente la
fe, que pueda confiar plenamente en Dios, y aunque mire la situación más oscura, yo siga confiando en El. Y eso lo podemos hacer en familia, oremos
con nuestros esposos o esposas, hijos, padres etc. En Marcos 17:5 los mismos discípulos le pidieron a Jesús que les aumentara la fe, así que no nos
avergüence hacer esta petición. En lo
personal, yo lo he pedido y Dios escucho m i ruego y me lo ha dado, y no
saben que carga tan pesada me he quitado.
Salmo 55:22 dice:” echa sobre Jehová tu carga, y Él
te sustentará, no dejará para siempre caído al justo”.
Creámosle, es
su Palabra, El
nunca miente, dejemos
ese miedo a contagiarnos,
dejemos esa paranoia,
dejemos nuestra desesperación
por lo que
va a pasar,
dejemos nuestras tristezas y
desalientos y confiemos
en que todo
pasará porque Dios
no nos dejará en
esta situación, En salmo
46:1-2-3 dice: ”Dios es nuestro amparo
y fortaleza, nuestro pronto
auxilio en las tribulaciones, Por
tanto, no temeremos, aunque la tierra
sea removida, Y se traspasen los
montes al corazón del mar; Aunque bramen
y se turben sus aguas, y también los montes a causa
de su braveza” y yo
diría esto no
está escrito pero
se deduce AUNQUE EL
CORONAVIRUS NOS AMENACE.
Espero que, así como a mí, el Señor les de toda
la cantidad de fe que necesiten para tener paz y tranquilidad. Y no nos cansemos
de orar.
Con amor Mary De
León