CUAL ES TU PETICION ANTE DIOS
“por este niño oraba, y Dios me dio lo que le pedí” I Sam. 1:27, ésta es una de las expresiones más bellas, Ana era una mujer estéril, en esa época no tener bebés era un estigma muy grande, y toda mujer ansiaba tener tan siquiera un hijo, pero Ana no podía tener bebés y sufría espantosamente, pues además era víctima de burlas y de desprecio por su rival, una mujer que tenía su esposo(en esa época se acostumbraba tener varias mujeres) y que sí le había dado hijos e hijas, un día que acompañó a su esposo al templo a adorar y ofrecer ofrenda a Dios estaba tan angustiada que oró y lloró amargamente.” I de Samuel Cap. 1 y 2”.
Muchas veces en esta época 2012 tenemos pena de acercarnos a nuestro Padre celestial y pedir cosas o necesidades que para nosotros son de suma importancia, pero nuestra oración pareciera que el Señor no la escucha, nos parece que está muy lejos y que estamos solos, y es que la pena, la angustia, la desesperación, nos hace ser más incrédulos y más exigentes y ya no pedimos sino que exigimos respuestas como que lo mereciéramos.
En el Cap. I de Sam. en el ver. 10 dice que Ana con “amargura de alma” o sea triste, decepcionada de la vida, “oró” o sea que aún estando en ese estado de desesperación pudo hablar con Dios, y también dice que “lloró abundantemente” Yo me imagino a esa mujer llorando con muchos sollozos y casi imperceptible contándole al Señor toda su desesperación y rogándole que la bendijera con la petición más importante en su vida que era tener un hijo, sigue relatando la Biblia que era tanto lo que lloraba y oraba en su corazón que el Sacerdote creyó que estaba ebria. Cuantas veces nos hemos postrado ante nuestro Señor y hemos orado y derramando tantas lágrimas que casi no podemos ver y le hemos expuesto nuestro problema al grado de que si alguien nos viera creería que estamos borrachos? Muchas veces pasamos ante el altar y nos hincamos cinco minutos y ya estamos parándonos porque nos da vergüenza que nos miren, pero a esta mujer no le importó que la vieran o que se burlaran de ella, yo creo que se le olvidó quienes la rodeaban y en ese momento solamente eran ella y Dios. Mis amados son tan pocos esos momentos en que nos rendimos a Dios y si supiéramos que estamos perdiendo lo principal que es esa comunicación con nuestro Creador y por ende las numerosas bendiciones que el tiene para nosotros muchos dicen “es que a mi Dios no me escucha” pero será que esta pidiendo con tal devoción? con esa seguridad de que tenemos un Dios que todo lo puede y que “nada” es imposible para El ? o será que pedimos creyendo que nada sucederá. En el libro de Santiago 1:2-3-6 dice “ Hermanos míos tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia” Ver. 6 “pero pida con fe, no dudando nada” Y es que si dudamos del poder de Dios no le estamos glorificando como el se lo merece, recordemos lo que dice Ef. 6:10 “…fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza”, ese mismo Dios que abrió el mar rojo y que sacó a su pueblo de la esclavitud, también puede hacer que sus problemas se resuelvan, ya sea familiar con esposa, o esposo, hay infidelidad, falta de comunicación, violencia intrafamiliar? quizá problemas grandes con hijos? Están en malos caminos en pandillas, quizá en drogas prostitución? o serán problemas financieros, deudas con tarjetas de crédito, o en bancos o de otra índole? Quizá problemas de salud, enfermedades terminales? .
Solo hay una forma de salir de ellos, postrándonos como Ana, orando y llorando poniendo nuestros problemas en sus manos y luego esperando que Dios haga lo que nosotros no podemos hacer.
Quiero contarles que yo tengo tres hijos varones y uno de ellos el de en medio, decidió comprar un carrito y ponerlo de taxi y así ganarse el sustento de su familia, hay hermanos el primer mes solo lo asaltaron y le robaron dinero, el segundo mes lo asaltaron y lo golpearon, el tercer mes lo asaltaron lo golpearon y le robaron el carro, al tiempo lo encontró y siguió en ese mismo trabajo, hubieron días que las llamadas después de las 10 de la noche ya sabíamos con mi esposo que teníamos que correr a recogerlo a cualquier lugar donde lo dejaran, fue tan grande mi tristeza y mi preocupación que me enfermé y un día me senté a llorar un largo rato y platiqué con Dios y le dije “ya no puedo más, no puedo hacer nada por mi hijo, pero tu si puedes, por favor cuídalo y déjame descansar en ti” y para la gloria y honra de Dios así fue, volví a dormir tranquila con la seguridad que Dios lo cuida y mi mismo hijo me cuenta que hay veces que escucha una voz, otras veces es como un impulso, pero Dios le señala el peligro y que personas llevar y cuales no y con esa seguridad lleva años en su negocito pero yo tengo las certeza de que mi Dios y su Dios es un Dios de poder que puede y quiere ayudarle cuando usted se lo pida con todo su corazón, solamente no nos olvidemos de dar gracias y honrarlo como se lo merece, y es dando testimonio de lo que hace por usted.
Que Dios me los bendiga
Mary de De León