martes, 3 de septiembre de 2024

NUESTRA SOCIEDAD...

 

 NUESTRA SOCIEDAD…

 

Hoy me siento triste, y desanimada, siempre pensé que la persecución cristiana iba a ser después del arrebatamiento, pero cuando veo noticias internacionales en donde muchos países avalando con leyes han dado lugar a cambios en la sociedad tan grandes y tan negativos los cuales nunca imaginé.

Ya no se enseña en los hogares ni en  las escuelas VALORES, los cuales eran tan indispensables  para  formar  un  hijo, un hogar una sociedad, se prohíbe leer libros como  la Biblia y se imponen  libros para que  los niños acepten la diversidad de género,  y pensaba  que era  solo en países de otros continentes, pero me doy cuenta que también en , países de este lado de América que siempre habían conservado sus costumbres, sus valores,  su religión y hoy veo que están llenos de una juventud que no se le ha enseñado, buenos modales, empatía, amor, respeto, y fundamentalmente el temor a Dios.

Me da tanta tristeza que, en lugar de superarse, van en decadencia precipitada y por ende espiritualmente vacíos.

Entiendo que la culpa la han tenido los padres por no querer  tener la responsabilidad  que les corresponde, los maestros  que  no tener vocación y por ende no les importan sus alumnos, el gobierno por  olvidar que la juventud de hoy es la sociedad  del mañana y emitir leyes que al contrario de enseñarlos  y protegerlos, los anima cada vez más a olvidar las enseñanzas de los abuelos  que  son las  que hicieron un sociedad, libre, productiva, con muchos valores  y que ahora  se ve  como  cosa  anticuada, inservible, y la Iglesia por descuidar la enseñanza Cristiana a niños desde sus primeros años  y darle más énfasis a otros ministerios que aunque son buenos descuidan a la juventud por lo tanto y lamentablemente esta tiene en su poco cerebro cosas  diferentes en que basar su vida.

Que lamentable ver que mi gobierno imprimió un libro donde se acepta la diversidad de género y se les enseña a los niños a aceptarlo como la cosa más natural, y se les olvidó imprimir que en la Palabra de Dios se afirma que Dios hace todo perfecto y que solamente hizo un hombre y una mujer, con características distintas pero que se complementaran en todas las formas.

Realmente pienso que, si los Padres de familia no se levantan, también cargaran con su parte de responsabilidad ante una sociedad corrompida, pero al decir que se levanten: me refiero a que empiecen a fomentar en sus hijos las verdades que están en la Biblia, no que se pongan en manifestaciones masivas que no llevan a ningún lado.

Si como padres vemos que ciertas enseñanzas afectarán las decisiones de nuestros hijos, y que son contrarias  a los valores que tenemos, podemos empezar  por  instruirlos a ellos en casa, como dice Dante Gebel,” debemos de aprender a vivir en un mundo difícil, sin comprometer nuestras convicciones,” por ejemplo: la fiesta de Halloween: nosotros sabemos que no es una  fiesta común y corriente, sabemos  que tiene implicaciones  más fuertes, pero no podemos hacer que toda una comunidad  cambie de parecer, pero si nuestras convicciones  son fuertes, podemos explicarles a nuestros hijos  por qué  no es bueno , y definitivamente  no participar.  Ellos tienen que aprender que lo que dicen los padres es bueno y que sus convicciones son fuertes y basadas en la Palabra de Dios.

No podemos cambiar las leyes, no podemos hacer que la sociedad se componga, pero si podemos aplicar las palabras del gran Evangelista Moody, quien dedicó gran parte de su Ministerio enseñando a niños en Escuelas dominicales que el mismo fundó, preocupándose por sus necesidades.

Él decía “de cada 100 hombres uno leía la Biblia, los otros 99 leen al cristiano” o sea nuestro comportamiento va a hacer la diferencia.

En la Palabra dice que nosotros seremos” la sal y la luz del mundo” Mateo 5:13-16. También dice que somos como la levadura Mateo 13:33

Si lo ponemos en práctica con un poquito de sal podemos cambiar una comida, pero también podemos cambiar la vida de uno de nuestros hijos u otra persona. Si somos como la levadura de paso en paso, de uno en uno podemos transformar mucha gente

No podemos cambiar a toda una nación, ni sus leyes, o a toda una comunidad, pero si podemos orar por ellos y ayudar en nuestra Iglesia para que nuestros jóvenes tengan convicciones firmes, aun viviendo en esta época.

 Así que después de todo estoy agradecida con mi Señor Jesucristo por haber dejado la solución en la Biblia.

 

CON AMOR

MARY

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